Tara es un ser iluminado femenino. Vida tras vida, Tara se ha manifestado en una forma femenina, demostrando que la iluminación es alcanzable tanto por los hombres como por las mujeres por igual.
La vida de Tara es tan extraordinaria que puede narrarse según la historia común o según la historia no común.
Según la historia común,
hace incontables eones –periodos larguísimos de tiempo-, había un Buda llamado Tambor Melodioso. Este Buda tenía entre sus estudiantes a una mujer muy especial, una princesa llamada Luna de Sabiduría. Ella era una gran benefactora de Buda y de muchos de sus discípulos. Todo el mundo se regocijaba de su gran bondad.
Un día, ella hizo extensas ofrendas delante de Buda Tambor Melodioso y generó el buen corazón supremo de la bodhichita, el deseo compasivo de alcanzar la iluminación para poder beneficiar a todos seres. Un monje que estaba presente se acercó a ella y le dijo: “Eres muy afortunada. Hoy has acumulado muchos méritos y has generado un deseo muy especial. Ahora, debes rezar para obtener un cuerpo masculino en tu próxima vida y así poder cumplir tu deseo de alcanzar la iluminación.”
Luna de Sabiduría le contestó amablemente que a ella le gustaba estar en un cuerpo femenino y entonces, delante de Buda hizo la promesa de adoptar un cuerpo femenino durante todas sus vidas previas al logro supremo de la iluminación. También prometió que cuando alcanzara la iluminación aparecería en forma femenina. Tara le explicó al monje que, aunque por lo general nos aferramos fuertemente al hecho de ser hombre o mujer, en realidad, nuestra naturaleza última va más allá de estas designaciones duales.
Buda Tambor Melodioso predijo que Luna de Sabiduría alcanzaría rápidamente la iluminación y aparecería como Tara, que significa “Liberadora”, También predijo que tendría un gran poder para proteger a todos los seres del miedo y para ayudarles a alcanzar logros espirituales.
Según la historia no común,
Tara nació de las lágrimas de Avalokiteshvara, el Buda de la compasión. Desde que alcanzó la iluminación, Avalokiteshvara ha trabajado sin descanso para liberar a todos los seres del sufrimiento. Un día, quiso comprobar cuántos seres continuaban sufriendo y vio que era un número infinito. Contemplando el sufrimiento de todos estos seres lloró durante un día y una noche. Lloró tanto que con sus lágrimas se formó un charco. Entonces, todos los Budas irradiaron de sus corazones luz de sabiduría. De esta luz, apareció una flor de loto en la charca, y cuando sus pétalos se abrieron, surgió una bella dama. Ella le dijo a Avalokiteshvara: “No llores, yo te ayudaré”. Entonces, todos los budas le dijeron al unísono: “Tú eres Arya Tara”.
Pero lo más extraordinario de la historia de Tara, es que cada uno de nosotros podemos empezar a formar parte de ella, dejándonos guiar por Tara a través de los caminos internos de la sabiduría y la compasión. Nosotros también podemos seguir los métodos que ella siguió para transformarse en un ser sagrado. Por supuesto, necesitamos a un maestr@ que nos la presente, que nos explique cómo confiar en ella, que nos guíe paso a paso.
Y es que de un modo u otro, todos intuimos que si dejamos que la compasión crezca en nuestro interior, el sufrimiento de los demás empezará a conmovernos cada vez con mayor intensidad hasta que parezca que se nos va a partir el corazón. En realidad, ese es un corazón frágil e ignorante que es mejor que se parta para que surja en su lugar un nuevo corazón, el buen corazón supremo de la bodhichita.
Y quizás, al igual que a Avalokiteshvara, la compasión nos hará derramar lágrimas, pero no serán lágrimas que nos hundan en la depresión sino todo lo contrario. La compasión pura no deprime. En realidad, nos llena de entusiasmo para trabajar por los demás. Elimina nuestra complacencia y evita que nos conformemos con la felicidad superficial que sentimos al satisfacer nuestros deseos mundanos, y en su lugar nos hace experimentar una profunda paz interior que las circunstancias externas no podrán alterar. Es imposible que las perturbaciones mentales surjan en una mente profundamente compasiva. Esta es la experiencia de aquellos que han transformado su compasión parcial y limitada hacia sus seres queridos en una compasión desinteresada que abraza a todos los seres sintientes.
Cuando nace esta compasión poderosa -por cierto, Avalokiteshvara significa el ser más poderoso del mundo-, la sabiduría de todos los budas empieza a manifestarse en tu vida guiándote a través del camino más gozoso, el camino hacia la iluminación. Y a menudo esta sabiduría se manifiesta como Tara. Y entonces, en cada obstáculo, en cada duda, miedo o peligro, la bella dama te dice: “No llores, no tengas miedo, no te preocupes… yo te ayudaré”.
Muchas personas que confían en Tara guardan en su corazón sus propias experiencias. Estas experiencias son historia, historia extraordinaria.
*Basado en las enseñanzas del Venerable Gueshe Kelsang Gyatso