Descripción
Todo cambia. Nada dura. Aunque sabemos que esto es cierto, a menudo nos resistimos al cambio y luchamos con la incertidumbre. Cuando aprendemos a abrazar la verdad de la impermanencia, podemos dejar de preocuparnos, aceptar nuestras experiencias, mantener las cosas en perspectiva y desarrollar una mente flexible. De esta manera, podemos vivir con ligereza y sabiduría a través de tiempos impredecibles.
¡Todos son bienvenidos!